¿Por dónde empezar cuando estudiamos un idioma nuevo?
Hablar idiomas presenta múltiples ventajas. La primera de todas ellas es una mayor capacidad para sumergirte en el entorno que utiliza esa lengua: su historia, sus costumbres y, en definitiva, su cultura. Otro aspecto positivo es que te permite ampliar tu objetivo profesional más allá de las fronteras de tu ámbito geográfico. Y, sin duda, acreditar la competencia en idiomas te permite mejorar tu empleabilidad y poder optar a nuevas oportunidades para tu carrera profesional. El inglés es uno de los idiomas más demandados por las empresas. Este ya se considera imprescindible en ciertos ámbitos como el turístico y el social, pero resulta necesario también en profesiones académicas, donde se ha convertido prácticamente en la lengua vehicular. Ahora bien, tampoco está de más intentar aprender una tercera o cuarta lengua, algo más habitual de lo que a veces se piensa. El alemán, el chino y el árabe pueden ser buenas opciones, ya que se hablan en países con economías emergentes o gran número de habitantes e influencia.
Organiza y planifica el estudio de idiomas
La decisión no resulta fácil y, por ello, conviene que te organices bien y planifiques cómo lo vas a hacer. El aprendizaje de idiomas como el inglés o el francés suele comenzar en el colegio, instituto o universidad. Para aprovecharlos al máximo, te aconsejamos que busques materiales adicionales que te permitan profundizar en los contenidos, así como leer, ver o escuchar contenidos en la lengua original. Las Escuelas Oficiales de Idiomas que están a lo largo y ancho del país también son una buena opción para ir más allá de lo estipulado en el sistema educativo y, sobre todo, para iniciarte en un idioma diferente al obligatorio.
Estudiar en un país extranjero también puede ser una buena opción, ya que constituye una oportunidad única para aprender un idioma de manera más efectiva. La estancia en un país que utiliza una lengua diferente a la materna supone una inmersión que te facilitará el aprendizaje y aumentará la confianza en ti mismo.
Recuerda también que existe un Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas que te permite conocer cuáles son los niveles homologables a nivel europeo y, por tanto, obtener titulaciones reconocidas internacionalmente. Trabajar o viajar también pueden ser formas extraordinariamente eficaces para lanzarte y familiarizarte con un idioma. Perderás el miedo a través de la práctica diaria y conseguirás aquella fluidez y acento que tanto cuestan en una clase. En este caso, la formación posterior o en paralelo te ayudarán a afianzar tus conocimientos y profundizar en otros aspectos como la gramática, por ejemplo.
Si todavía tienes dudas, Educaweb te ofrece información más detallada sobre cómo sacarle el máximo partido al estudio de los idiomas. Lo importante es organizarte bien, dedicarle un tiempo y rodearte del material adecuado, de tal manera que puedas sacarle el máximo partido. ¡No lo dudes, y sumérgete en una nueva lengua!